Busca cambiar o modificar la forma de la nariz en pacientes con secuelas traumáticas o aquellas derivadas de enfermedades congénitas o adquiridas a lo largo de la vida, que alteran la forma y la función de la nariz (tanto interna como externamente).
Muchos pacientes han tenido una primera, e incluso una segunda o tercera rinoplastia, con resultados estéticos o funcionales insuficientes que generan insatisfacción. Este tipo de cirugía, que generalmente utiliza cartílago auricular, costal o ambos, tiene como objetivo reconstruir estructuras de soporte que son funcional y estéticamente importantes para el adecuado funcionamiento de la nariz. La recuperación es más lenta que en una rinoplastia primaria; los resultados iniciales pueden observarse 6 meses después de la cirugía, mientras que los resultados definitivos se aprecian 2 años después del procedimiento.